Muy buenos días. Hoy no tenía post programado y os voy a dejar con una colaboración invitada de mi santo.
yo había pensado aprovechar una caja de fruta y un somier viejo para hacer un revistero molongo. Yo que soy un poco chapuzas, hubiera cogido la caja, pintado en un color mono y listo. Mi santo no, es muy elaborado. Os cuento lo que hizo.
En primer lugar cogimos -diógenes lo llaman- un somier abandonado. Y la caja de frutas que yo había cogido, se quedó sólo en unas cuñitas que sujetan las esquinas.
para ello, hay que medir primero bien el contorno de la caja y cortar con la sierra de calar a la medida que necesitamos los listones.
Poco a poco con paciencia y clavos, vamos construyendo la caja y la base.
Cuando la tenemos lista y para dar un toque, teñimos la madera con un poco de nogalina
Y ya estaría lista a falta de ponerle las ruedas
Para que quedara más cuqui, mi santo buscó un diseño que plasmar con transfer sobre los listones. En este caso es una palabra en cirílico -no me acuerdo el qué-
La pintamos con rotuladores – en mi caso yo utilizo los Giotto Decor, que pintan sobre cualquier superficie-.
Cuando lo tengáis, hay que dar un poco de cera para pulir por toda la superficie
y este es el resultado final! A que es chulo???
os animo a reutilizar cajas, tienen un montón de usos en casa. Yo ya tengo dos… no se con cuantas acabaré!